sábado, 17 de agosto de 2013

José Villa






Se le cayó la manzana
 
Se agachó sobre la huella,
sangrando
por dentro, y como diciendo
chala, overa, pelo, grueso, suelo,
almidón


Había un señor mirando hacia la tela celeste
recostado sobre cañas pasadas,
y arrodillados en el charco
los caballos de oro horroroso,
lamiendo pies, Y
de lo contrario hechos Y


Me vi cruzando mi propia
voluntad, con el cierre del sino
que había dado
aquel que va a cruzar: ni manzana
ni tiempo






Desconocido (Espalda borrada)
 
En el pizarrón un sinuoso
camino de jacarandáes y
palos borrachos se van
salteando unos a otros hasta
el amanecer


Recién entré al patio de baldosas
flojas y la vi poniéndose prolija


No sé si me pregunta o le pregunto,
o me espera,
un golpe de plumerillo |
no la deja pasar


Pero de la iglesia sale un cortejo,
veo la cara del muerto inscripta
en el nombre que lo acompaña







Curva del mate
 
Un pedazo de caja
de pizza pegado al asfalto
con pelos de perro muerto
y manubrio;


una zapatilla colgada de un cable de
alta tensión:


esto que te llevás a la lengua te pone con el sol de frente
sobre la vía silenciosa
y el tiempo que termina:


luego entre el pedregullo, pasás
la barrera a la casa de un amigo,
su figura se extiende sobre un brazo
de telgopor, hablás


de lo que no queda nada de nada







Día de ayer:


                 perdete,
le dice, andate,


              y hunde la miga
dulce dentro del agua,
haciéndola sufrir,
                            buscándola después
como si la alentara,


Rubia sacando de esa infusión extrema
notas tachas y puntos


Solo basta saber que
                          se separa,
arranca, entona, divaga,
no dice lo que persigue o tiene
en su contra







 (inéditos)










No hay comentarios:

Publicar un comentario