Como se dice en las cartas, dentro.
Porque haciendo el calor se le hace el frío.
Dónde sale a buscar. Donde encuentra que lo tapen.
Estribos, de él a él, para alguien más.
Dejalo. Hacer tarea es hacer casa y casa es fuera.
Acá. Playas. Que eran mojadas vos.
. . . .
Nuestro pecho, hermano, roto.
Las almas tirándose sobre la carne fresca y sin latir.
¿Dónde escarbar? ¿Dónde buscar la voz que nos persigue?
¿Qué mano sobre qué frente cada vez?
Quiero pedirle a alguien que rece por mí. Pero todos tenemos un
Dios para no creer.
Me acurruco. ¿Estás allá, alumbrado? ¿Fijo al suelo?
¿Hablándote?
. . . .
La venda envuelve la mitad de la pierna.
Las agujas, maravillosamente.
Entrar o salir, la carne.
No remiendo. Apenas pude decir que me dolía.
Amigo, a dónde va el mar, a dónde los barcos que lo inventan.
Soltamos la firma en cada una de estas palabras.
Acurruco el sonido a la cicatriz de escuchar.
Blog de Leli: campo de prueba
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