lunes, 11 de marzo de 2013

Leli Busquet






Dejame. Arriba, pero tan.
Como se dice en las cartas, dentro.
Porque haciendo el calor se le hace el frío.
Dónde sale a buscar. Donde encuentra que lo tapen.
Estribos, de él a él, para alguien más.
Dejalo. Hacer tarea es hacer casa y casa es fuera.
Acá. Playas. Que eran mojadas vos.




 
. . . .




Nuestro pecho, hermano, roto.
Las almas tirándose sobre la carne fresca y sin latir.
¿Dónde escarbar? ¿Dónde buscar la voz que nos persigue?
¿Qué mano sobre qué frente cada vez?
Quiero pedirle a alguien que rece por mí. Pero todos tenemos un 

                                                                          Dios para no creer.
Me acurruco. ¿Estás allá, alumbrado? ¿Fijo al suelo? 

                                                                                 ¿Hablándote? 




. . . .




La venda envuelve la mitad de la pierna.
Las agujas, maravillosamente.
Entrar o salir, la carne.
No remiendo. Apenas pude decir que me dolía.
Amigo, a dónde va el mar, a dónde los barcos que lo inventan.
Soltamos la firma en cada una de estas palabras.
Acurruco el sonido a la cicatriz de escuchar.










 Blog de Leli: campo de prueba







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