jueves, 21 de marzo de 2013

Ana Lafferranderie






Quedarme en el aire como si no estuviera
como si hubiera una forma de existir
faltando.







Me concedo el descanso. Desenlazo
lo que se anuda al pecho desde niña.
Dejo ir las ideas que me suspenden.

Respiro lento, una suave corriente lleva
cada reparo lejos de mí.







Apoyo las plantas de los pies
como si descalza pudiera inaugurar la arena.
La materia se realiza completa en cada único acto.
Este soplo que llega desde el mar es todo el viento.







El aire es un mismo soplo, la única respiración. Tomo partículas
que fueron de otros, soy una presencia que se hilvana. Sale de sí,
se busca en otro tiempo. Ensaya el tacto de la que fui sin estar.








De Volcar la cuna, Ediciones del Dock, 2013.










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